GRANADA 3 - ATL. CIUDAD 0

El nuevo impulso africano

Dos goles del nigeriano Ighalo y uno del ghanés Tetteh resuelven un partido trabajado El Granada pasa a depender de sí mismo para ser campeón gracias al triunfo y el empate del Melilla en casa.    

R.Lamelas para Ideal.es

 

 

Ighalo por fin limpió su mente de preocupaciones y lideró hasta la victoria a un Granada que pasa a depender de sí mismo para ser campeón de Liga, gracias al empate del Melilla, que queda a tres puntos, con visita pendiente a Los Cármenes. El triunfo ante el Atlético Ciudad, trabajado pese al contundente resultado, tuvo así una enorme trascendencia clasificatoria y numerosos efectos vigorizantes para varios futbolistas. Entre ellos para el nigeriano, al que se le han sucedido los contratiempos desde que aterrizó. Supo capitalizar el nuevo impulso africano que acompaña al Granada tras varias semanas prácticamente en blanco. Dos goles suyos y uno del ghanés Tetteh, que debutaba al subir del filial, aplanaron un partido que el Ciudad supo incomodar hasta que Ighalo repicó la campana, por dos veces.
Varios obstáculos y numerosos quebraderos de cabeza habían ralentizado el avance de Ighalo en las filas rojiblancas. Entre el Mundial sub 20 primero, la adaptación a un país de habla desconocida y a un torneo muy distinto al 'Scudetto' después, los problemas burocráticos que le hicieron viajar a Italia en más de una semana y encima el reciente y traumático parto de su esposa, apenas se habían observado detalles de un potencial todavía incalculable. No se podía concentrar en su profesión. Parecía uno más, que es lo peor que se puede decir de un futbolista llamado a romper con la vulgaridad. Tras pasar una semana de vacaciones en tierras transalpinas, con su mujer recuperada del trance sin nuevas complicaciones y su bebé en perfecto estado de salud, Ighalo salió al terreno pensando sólo en el fútbol. Y dispuesto a dedicar un actuación brillante a su familia y a la hinchada de su club.
El sorpresivo empate mañanero del Melilla en casa ante el Estepona dio la ocasión de un recorte cuantioso en la tabla, que hace decisivo el choque con los norteafricanos en Los Cármenes dentro de un mes, si no suceden cosas raras por el camino. Son todavía tres puntos de diferencia pero el tropiezo sugiere quizás una interpretación. Se entra en la fase decisiva de la Liga y las piernas flaquean. La presión es férrea y los equipos tendrán que mostrar fondo de banquillo para la recta final y madurez en el campo para soportar a contrarios que siempre tienen algo que disputar, la gloria o la vida. El Granada garantiza recursos de todo tipo en su plantilla y empieza a exhibir ese saber estar que enseñan las cicatrices de la competición. Sigue fiable en su estadio y asomó con garra en su último desplazamiento. Si se mantiene práctico en los viajes, puede alcanzar un ritmo supersónico.
Los rojiblancos actuaron con moderación y paciencia en la primera parte, siempre en raso ante un Ciudad atrincherado en su campo, pendiente del contraataque. Una ejemplar disposición colectiva de los visitantes eliminó espacios de fuga para los estiletes del Granada. Tocaban los locales sin acelerarse, carentes de lanzamientos prolongados que suelen conducir a poco, gracias a un Lucena que no rifa nunca el balón aunque sea menos potente que Amaya, pero faltaba cierta astucia para romper al organizado equipo murciano. Óscar Pérez apareció de titular por la baja de última hora de Jonathan 'Granada' y aprobó con cierta solvencia, pese a que en el primer curso prácticamente se incrustó de tercer central, iniciando la circulación con pases insustanciales que no buscaban perforar. En la segunda mitad se adentró en el área de conflicto, allí donde los buenos centrocampistas sacan a relucir su magisterio, y mantuvo el tipo con notable empaque. Sigue siendo fundamental para el Granada que este jugador abandone el letargo y se sume a la competencia en la zona ancha. A su aportación se sumaron los buenos minutos de Tetteh. Entró con el partido casi resuelto pero no le pesó la responsabilidad del estreno ante 10.000 personas. Se centró en una labor aseada y rubricó con la tercera diana. Tiró desde media distancia y en la trayectoria intefirió un defensa con el que dio el efecto justo al balón para acabar en la red.
Antes de eso, el Ciudad suscitó algo de nerviosismo en el inicio, estrechando siempre los pasillos de salida por los que no entraba ni un alfiler. Consiguió que el Granada no chutara a gol en casi media hora. Los rojiblancos carecían de factor sorpresa, con marcas pegajosas en todos sus hombres desequilibrantes. Tuvo que ser un jugador ortodoxo el que traspasara la protección con un lance de malabarista. El lateral Rubén caracoleó cuan extremo para colocar al final un centro a la cabeza de Ighalo, cerrado con un remate inapelable.
Ciudad, envalentonado
El Ciudad se envalentonó con varias acciones de estrategia bien estudiadas. José Juan se tragó algún balón al área y el empate estuvo cercano a las puertas del descanso. Mainz sacó de la línea un remate de Aloisio y los rechaces posteriores no cogieron la red de milagro. El Granada había perdido el sitio a dos pasos del receso, aunque le escamotearon un penalti sobre Ighalo, pero trasteó el problema después gracias al nigeriano. Sus apariciones supuraban veneno. Originó la jugada del segundo gol, al poco de arrancar el acto definitivo. Regateó en la zona ancha, envió el esférico a Collantes con un pase bombeado y el extremo centró al área para el disparo de Ighalo.
Con el 2-0 y el Ciudad noqueado, Tomé -que fue expulsado- pudo ensayar con Llamas y Tetteh por Rubén y Óscar Pérez -sancionados para el próximo choque-. Tetteh agradeció los minutos con el 3-0. Una buena noticia que se aliste un hombre más para el desenlace de la aventura rojiblanca. Que empieza ya.
Fuente: Ideal.es