domingo, 13 de diciembre de 2009

MORATALLA - GRANADA (1-3)

Sobreviven al caucho con ganas
El Granada levanta el choque en una segunda parte muy robusta (Crónica Rafael Lamelas para Ideal.es)

El Granada superó al caucho en un partido de supervivencia. Lo enfocó cuando puso sobre la molesta moqueta las mismas ganas que el rival. A igualdad de intensidad, la calidad tenía que decantar el resultado. Sobre todo con un equipo tan limitado como el Moratalla, cuyo principal jugador se llama 'césped artificial'. Pero ni fue sencillo ni estuvo tan claro como indica el marcador hasta que se alcanzó el descanso. Un gol local trajo desconcierto y una sensación de mansedumbre en los rojiblancos. Tomé diagnosticó fenomenal el mal de su equipo durante la pausa. Escoró a Ighalo a la izquierda y liberó a Felipe, más acostumbrado a mezclar con Tariq, que es demoledor cuanto más cerca del área está. El grupo se arredró y saltó con las ganas precisas para triunfar en terreno conflictivo. Lo logró a golpes de calidad de sus francotiradores, geniales en un campo de minas.

Hay victorias que condecoran actitudes. Son tres puntos y alguna medalla al mérito. El Granada reafirmó ayer que es un equipo robusto cuando no se disuelve por los nervios. Puede ser noble en su estadio, al tiempo que terrenal fuera. El punto crucial es evitar la duda, que tanto daño le hace, como en Roquetas. Si los rojiblancos no pierden la compostura les puede dar igual un despiste. En cuanto el equipo recupera la concentración y se reorganiza, zarandea el martillo y acaba con los obstáculos. No necesita más delanteros, sino mandar en la zona ancha.

A balón parado

Antes del gol local, el Granada se había dejado ver en el campo con varias acciones que atemorizaron al Moratalla. A la defensa murciana le entraba el canguelo cuando cualquier atacante rojiblanco controlaba el balón con opciones. Pero los capotazos no vieron la red y ocurrió lo típico. Una oportunidad aislada del Moratalla les abrió una rendija a la esperanza. A balón parado, los de Tomé están muy despistados.

Topo botó una falta lateral y el balón le llegó a Petu en el área. Con un movimiento fresco se había despegado de su marcador y peinó a portería con la maniobra adecuada. La condiciones del terreno de juego habían impedido cualquier continuidad. El tanto anestesió al Granada e hizo crecer al Moratalla, que hizo amagos de circular el esférico, ante la fractura en los visitantes, demasiado separados, débiles en la lucha.

Coke debutaba con la vitola de saber adaptarse al terreno sintético, pero la inactividad y una visible timidez le lastró. Granada se multiplicaba en las acciones de rechace, haciendo de bastión en el desorden con el que finalizó la primera parte. El gol les había descontrolado de veras. Los rojiblancos pedían a gritos una decisión brillante de su entrenador y un golpe en el pecho con el que sacar furia. Tomé logró los dos requerimientos con un toque leve pero decisivo.

Trastocó su 4-4-2 de arranque, por su habitual 4-2-3-1, condicionado por los hombres que tenía en el campo. Ighalo se fue al flanco zurdo y se sintió liberado al salir de la zona de asedio. El vertiginoso Felipe se marchó al centro, proporcionando posibilidades de pase. Tariq se centró en el área, y fue Tariq. No el sucedáneo al que achica la distancia con el remate. Le llegó un balón en condiciones y lo transformó en un tanto reactivo.

Martín Ortega levantó la cabeza en la zona derecha y proporcionó un gran pase al hueco a Granada, que se desmarcó en diagonal hacia el extremo. Centró y Tariq hizo girar su cuello en la orientación justa. La euforia se desató y los rojiblancos recobraron musculatura y seguridad en su planteamiento. No tardó en caer la siguiente diana. Felipe, frenético, entró en el área como una centella y fue trabado tontamente por un adversario. El penalti resultó claro y el catalán no se privó de anotarlo.

El Moratalla asistía ausente al resurgir del Granada, pero enhebró una acción de peligro que desbarató con agudeza la zaga rojiblanca. Los visitantes montaron un contraataque, con Ighalo de espolón. El nigeriano recibió un agarrón en el área y el árbitro volvió a indicar el punto fatídico. Expulsó a Rosas, concedió la oportunidad de lograr el doblete a Tariq y dejó resuelto el partido definitivamente.

Tomé retiró a Nyom, agresivo en alguna fases, y afrontó el tiempo restante con control y minutos para Berrocal y Joselu. Hay partidos en los que el técnico desconcertó. Ayer, debió salir a hombros. Manejó la pizarra y el puñetazo en la mesa. Recupera el primer puesto. Al menos, por unas horas.

Fuente: Ideal.es

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