Queridos niños y niñas:
El retraso en entregar este capítulo de las memorias de unos peñistas "fascistas y alcohólicos"(sic)me da un poco de vergüenza, pero en mi trabajo han decidido(yo no, obviamente) que antes de que se me acabe el contrato quieren hacerme trabajar. Y en eso estuve la semana de nuestro triunfo contra el Melilla. Nuestro triunfo, sí. Porque si nuestras son las derrotas y las deudas, nuestro es el placer de disfrutar de una mañana futbolera, de la victoria y de los amigos.
La mañana comenzó como acostumbra en estos casos: ardor de estómago en el 70% de nuestros peñistas, supongo. Pero algo nuevo se alumbraba en la conciencia de los congregados en nombre del Granada: la voluntad de acudir con frío, lluvia y de mañana. Sólo por acudir. Simplemente, por aquello que los castizos denominan "vergüenza torera". Quizá porque únicamente un grupo de rock and rolleros mantendría su fe romántica en un equipo de 2ªB. Esa fe alimentada por los relatos de familiares en tardes de invierno, al calor de una merienda y un nombre mítico: "Los Cármenes". Esa fe resucitada de golpe por una serie de 2 victorias consecutivas...Esa fe que asoma...sin biberones..!!!
Acudía el Granada CF como víctima fácil de un Melilla que pelea en otras alturas de la tabla, y resucitó en una 2ª parte plena de casta y orgullo. Protagonistas? Yo los nombraría a todos, incluso a Óscar "el doliente". Nadie como Martínez ejemplifica la situación de nuestro equipo en esta temporada 2008-2009. Con mayores perspectivas que las actuales, con una mejor salud de la que observamos a día de hoy. Enfrascado en un contínuo "querer y no poder"...El círculo que enlaza al ariete y al club es a la vez espejo y alambrada.
Y aún así, llegó la victoria. Tras anteriores fallos, con una sangre fría pasmosa, Martínez controló dentro del área y batió, 2 por 1, al portero y al defensor que acudía a cerrar la puerta. Hasta ese momento, el partido había sido frío. Desde ese momento, el partido pasó a ser aún más frío...!! Refugiados en manta, pasillos y bajo los paraguas, tuvimos tiempo de observar como el Granada completaba un triunfo merecido y, como no, sufrido. Balón al larguero del Melilla y un árbitro(ya está bien de oligofrénicos vestidos de negro..!!) que prolongó más de lo justo, insuflando al rival de un oxígeno que afortunadamente no fue aprovechado.
Angel Bosh.
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